El dólar alcanzó el lunes un máximo de 24 años frente al yen, luego que la coalición conservadora que gobierna Japón obtuviera resultados favorables en las elecciones, lo que muestra que no habrá cambios en las políticas monetarias laxas, mientras los temores al crecimiento mundial beneficiaron a la divisa estadounidense, que suele funcionar como activo refugio.

El dólar se disparaba a 137,28 yenes en en las operaciones matutinas, su nivel más alto desde finales de 1998. Más adelante, se detuvo levemente y subía un 0,6%, a 136,93 yenes.

Por su parte, el dólar también se mantenía firme ante el euro, que bajaba un 0,34%, a 1,0151 dólares, y se acercó de nuevo a su mínimo intradía de 20 años, alcanzado el viernes, con lo que el índice dólar aumentaba un 0,36%, a 107,3.

«El dólar se está fortaleciendo en todos los ámbitos, pero el dólar/yen está liderando el movimiento«, declaró Rodrigo Catril, estratega de divisas de National Australia Bank.

Además, afirmó que el alejamiento de los inversores de los activos de mayor riesgo había estado apoyando al dólar en general, mientras que el yen estaba particularmente presionado por la combinación de los altos rendimientos de referencia de Estados Unidos y el resultado de las elecciones del domingo que indicaba que no habría cambios en la política económica expansiva de Japón.

Asimismo, la política del Banco de Japón de mantener bajos los rendimientos de referencia japoneses para apoyar la economía, junto con los elevados tipos de interés estadounidenses, ha sido un factor significativo en la reciente debilidad del yen y el consiguiente aumento de los precios ha provocado enfado entre los consumidores.

Pese a esto, la coalición liderada por el Partido Liberal Democrático del primer ministro, Fumio Kishida, incrementó sus escaños en la cámara alta en las elecciones del domingo y Catril afirmó que esto podría reducir parte de la presión para cambiar de rumbo.

La rentabilidad de los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años se situaba en el 3,087%, manteniendo los avances de la semana pasada.

TEMORES SOBRE EL CRECIMIENTO

Lejos de Japón, los temores sobre las perspectivas de crecimiento mundial, en particular por los intentos de los bancos centrales de frenar la galopante inflación, empujaban los flujos hacia los activos refugio.

«El (dólar) podría seguir caro hasta que se resuelvan los riesgos en torno a la elevada inflación mundial, la seguridad energética europea y las perspectivas de crecimiento de China«, afirmaron los analistas de Barclays en una nota a los clientes.

«El IPC estadounidense de esta semana será una pieza importante del rompecabezas, ya que la Fed decidirá si sube 50 o 75 puntos básicos en la reunión de julio«.

Los datos del IPC de Estados Unidos se publicarán el miércoles y los mercados probablemente interpretarán una lectura alta como una señal que la Reserva Federal tendría que subir los tipos de forma aún más agresiva para combatir la inflación.

Frente a la inflación presente en parte del mundo, esta semana también se estima subidas de tipos por parte del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda el martes y del Banco de Canadá el jueves.

La intranquilidad por la energía hizo que el euro tuviera problemas no sólo con el dólar. El lunes cotizaba a 0,85 peniques británicos y 139 yenes, justo por encima de los niveles del viernes pasado, cuando alcanzó su mínimo desde finales de mayo frente a ambas divisas.

La última preocupación para la economía europea es que el mayor gasoducto ruso que llega a Alemania comienza su mantenimiento anual el lunes. Se espera que los flujos se detengan durante 10 días, pero los gobiernos, los mercados y las empresas temen que el cierre se prolongue debido a la guerra en Ucrania.

También el otro acontecimiento económico principal de esta semana son los datos del PIB del segundo trimestre de China, que se publicarán el viernes, y los inversores estarán atentos a las señales que indiquen el grado de afectación de la economía por los confinamientos frente al COVID-19.

Reino Unido publicará sus datos del PIB del segundo trimestre el miércoles, aunque la atención se centra más en la elección del próximo líder del partido conservador y primer ministro.

La libra esterlina bajaba el lunes por la mañana un 0,38% frente al dólar más fuerte, a 1,1986 dólares, tras haber terminado una semana volátil no muy lejos de donde empezó, mientras que el dólar australiano, que sube con el apetito por el riesgo, caía un 0,6%, a 0,6814 dólares.