El mercado de trabajo mexicano mantuvo su recuperación en noviembre, a pesar de que moderó su ritmo con respecto al mes pasado. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el penúltimo mes del año se sumaron 119.098 personas a la población ocupada, motivo por el cual, la desocupación disminuyó a su nivel más bajo en toda la pandemia.
La tasa de desocupación se ubicó en 3,6% obteniendo una reducción de tres puntos base en cotejo con octubre. A diferencia de la ocupación que recuperó su nivel previo a la emergencia sanitaria en julio, la desocupación demoró 21 meses en retornar a las cifras observadas antes de las afectaciones de la pandemia.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, afirmó “La creación de empleo y la disminución de las poblaciones desocupada y disponible se ven reflejadas en mejoras en las tasas de desempleo abierto y desempleo extendido (incluyendo a la población disponible), que se situaron en 3,66% y 14,65%, respectivamente. Ambas tasas se ubican en sus niveles más bajos desde marzo de 2020”,.
Asimismo, el economista en Jefe de Invex, Ricardo Aguilar Abe, consideró que, si bien la creación de empleos se mantendrá al alza, es probable que también lo haga el número de personas que busca trabajo y no lo encuentra.
“Por ello, las personas desocupadas también podrían aumentar. En otras palabras, la tasa de desempleo podría oscilar alrededor de los niveles actuales mientras se concrete la recuperación de la economía”, expuso el especialista.
A diferencia con el arranque del último trimestre del año cuando el desarrollo de la población ocupada se concentró en su mayoría en la formalidad, en noviembre el 68% de la creación de puestos de trabajo estuvo vinculada a la informalidad. Sin embargo, en el penúltimo mes del año la tasa de informalidad laboral se ubicó en 55,6%, sin variación respecto a octubre.
El sector de agricultura, ganadería y pesca, tuvo una pérdida de 368.658 puestos de trabajo y es el que presenta el mayor rezago en cantidad de personas ocupadas en comparación con sus niveles prepandemia.
En relación con octubre, el sector industrial presentó una ligera reducción de personal ocupado, en el cierre de año este renglón sumó a 417.159 trabajadores, este aumento estuvo ligado al crecimiento del empleo en la manufactura, lo que compensó las caídas en construcción e industria minera.
También, el sector de servicios mantuvo su recuperación durante noviembre, pero a un ritmo más moderado. Las actividades en este rubro sumaron a 52.975 personas a la población ocupada.
Los servicios sociales progresaron en 123.302 puestos de trabajo, las actividades en gobierno en 104.935 y restaurantes y servicios de alojamiento en 70.833, estos aumentos permitieron amortiguar contracciones de plazas en actividades en comercio, transporte y servicios profesionales, este último grupo con la mayor pérdida reduciendo en 180.964 su personal ocupado.
Gabriela Siller, señaló, “Según la actividad económica, el sector con mayor rezago en materia de personal ocupado es el sector primario, que al mes de noviembre emplea 448.439 personas menos que en el mes previo a la pandemia. Sin embargo, en términos relativos el rezago es mayor en el empleo de gobierno y organismos internacionales, con una diferencia de 8,49% respecto a febrero 2020”
No obstante, se observó igualmente una disminución de la población subocupada, la cual abarca a los trabajadores con jornadas reducidas y con la necesidad de laborar más tiempo que lo que el mercado les brinda. Esta tasa se comprimió cinco puntos base respecto a octubre para ubicarse en 10,48%, su nivel más bajo en lo que va de la emergencia sanitaria por la pandemia.
Perspectivas de corto plazo
Desde el punto de vista de Ricardo Aguilar, a pesar de que la perspectiva económica es positiva y, por ende, se espera un mejor entorno para el mercado laboral, es posible que como resultado de esto, mayor cantidad de personas salgan a buscar trabajo, y aun así encuentren pocos vacantes disponibles.
“El principal riesgo que podría enfrentar el empleo en el corto plazo son nuevas restricciones a la movilidad por un aumento de casos de Covid-19 en México debido a la llegada de la variante Ómicron. Por ahora no se observa un repunte en los casos y las autoridades han reiterado que no habrá paros de actividad hasta no contar con más información sobre el impacto de la nueva cepa”, punteó el especialista.
Igualmente, Gabriela Siller tiene la misma apreciación, los efectos de la variante Ómicron en una posible cuarta ola de contagios crean un panorama de incertidumbre para el mercado laboral en el corto plazo.
“La respuesta por parte de las autoridades a nivel global ha sido precautoria y se han impuesto restricciones migratorias en varias partes del mundo. En el caso de México no se han reforzado las medidas sanitarias ya existentes y no se espera que se suspendan actividades económicas. Sin embargo, la actividad económica podría verse afectada por medidas voluntarias por parte de los consumidores o de la iniciativa privada”, declaró.
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