Inicia el octavo mes del 2022 y hay varios sentimientos encontrados frente al desempeño de la economía colombiana. Si bien, las nuevas proyecciones parecen esperanzadoras de acuerdo con el informe anual de perspectivas de la Ocde, una de los principales dificultades que enfrenta el país es el crecimiento de la inflación anual que alcanzó 9,6% en junio pasado, y que, para julio se espera que toque los dos dígitos.

Esto ha ocasionado que el Banco de la República, para contrarrestar el incremento del costo de vida, haya tenido que subir de forma gradual, la tasa de intervención desde enero de este año.

Pese a esto, para abril dicha tasa estaba en 5%, el último dato revelado el 29 de julio la ubicó en 9%, es decir, 150 puntos básicos más que el mes pasado (7,5%).

Los analistas aseguran que la ventaja de la intervención de las tasas del Emisor es tener medidas preventivas y no reforzar la inflación. No obstante, el aspecto negativo de esta acción es un freno al consumo de los hogares y un posible impacto en el crecimiento económico, que ha estado repuntado, precisamente, por el consumo.

Por lo tanto, el Emisor aseguró que la actividad económica se revisó al alza, haciendo que el pronóstico de crecimiento del PIB para el cierre del año se mueva entre 6,3% y 6,9%.

Por su parte, el desempleo es otro de los factores que ha hecho que la proyección de la economía colombiana tienda a ser más conservadora, en especial para 2023. Esto sin contar las amenazas que ya representa el entorno internacional caracterizado por una serie de perspectivas negativas.

Conforme con el último reporte del Dane, la tasa de desempleo de junio fue de 11,3% lo que significa que hubo una reducción de 3,3 puntos porcentuales (pp) frente al mismo período en 2021 (14,6%). Además, el dato intermensual no fue igual de alentador, pues comparado con el desempeño con mayo se perdieron 151.000 trabajos.

En cuanto a la tasa de usura, la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) notificó que para este mes será de 33,32% E.A., el nivel más alto de los últimos cinco años, retornando a las cifras que se registraban en 2017, mucho antes de la pandemia. Con esto, el indicador avanzó 140 puntos básicos frente a julio.

Cabe destacar que el año pasado, debido a las consecuencias económicas por el covid-19, y con el fin de ayudar a los ciudadanos con el pago de sus obligaciones financieras, la usura bajó a mínimos de diez años, llegando a 25,62% en la vigencia de octubre del año pasado.

Sin embargo, la tendencia alcista que ha tenido en los últimos meses también se mantendrá hasta finales de año, según el vicepresidente de investigaciones de Solidus Capital, Diego Palencia, pues “en menos de seis meses hemos presenciado el cambio de una política monetaria ampliamente expansiva a una política que se contrae”, afirmó.

Además es importante resaltar que a partir de este mes, el precio de la gasolina se incrementa $250 tal como se estipuló en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Los ajustes más fuertes se darían en septiembre cuando el valor subiría $400 y Acpm $250. Así seguirían los aumentos hasta agosto del próximo año, los cuales buscan contribuir al déficit del Fondo de Estabilización del Precio de Combustibles.