Mucho se ha hablado de cuándo sobrepasará China a Estados Unidos como la primera economía del planeta. En algunas instancias, el impacto de la pandemia ha servido de catalizador para que múltiples economistas y analistas adelanten la fecha para este sorpasso, pero no es el caso de Capital Economics.

Con información de El Economista

En un informe elaborado por Simon MacAdam, economista global de esta casa de análisis, se pone de manifiesto cómo la debacle generada por Evergrande en el gigante asiático es solo un síntoma más de lo que está por llegar.

«Mientras Evergrande acapara los titulares, aunque se evite una crisis, el sector de la construcción en China está en declive estructural y contribuirá a una ralentización del crecimiento de su PIB hasta el 2% en 2030», señala MacAdam. No solo eso. Recalca como esta proyección respalda la opinión no consensuada de Capital Economics que considera que el PIB chino no superará nunca al de la economía estadounidense a tipos de cambio de mercado.

Las proyecciones a largo plazo de Capital Economics sobre el crecimiento del PIB real de algo menos del 3% anual de media implican que la economía mundial será un 140% mayor en 2050 que en 2020. El PIB agregado aumentará alrededor de un 80% en las economías avanzadas y un 180% en las economías emergentes.

De esta forma, los países emergentes representarán el 58% de la economía mundial en 2050 a tipos de cambio de mercado, frente al 45% actual. La India triplicará con creces su participación en el PIB mundial y superará a Alemania y Japón para convertirse en la tercera economía del mundo. Por su parte, Indonesia y Australia ocuparán el lugar de Italia y Brasil en el top 10.

Pero, a diferencia de muchos pronósticos, Capital Economics no espera que China supere a EEUU como la mayor economía del mundo. Al contrario, un crecimiento más débil significa que la participación de China en el PIB mundial se mantendrá estable.

Desde Capital Economics esperan que la inversión del sector privado en China se desacelerará aún más. Además la disminución de la mano de obra también se convertirá en un viento en contra más fuerte. Los intentos de aumentar la tasa de natalidad han fracasado, las tasas de participación de la población activa ya son altas y el gigante asiático es demasiado grande para depender de la inmigración en un grado significativo.

Es por ello que la tasa de crecimiento tendencial de China se ralentizará hasta cerca del 2% a partir de 2030. Es decir, el país asiático se apartará de la senda de desarrollo rápido trazada por Japón, Corea y Taiwán. En cambio, empezará a parecerse a la mayoría de los países emergentes de renta media, que convergen con las economías desarrolladas a un ritmo mucho más lento, si es que lo consiguen, advierten desde Capital Economics.