Chile, uno de los países del mundo con más yacimientos de litio, va a nacionalizar su industria con la ambición de convertirse en la gran minería del mundo. El conocido como «oro blanco» es un recurso muy valioso, ya que es básico para fabricar baterías para coches eléctricos y es clave en la descarbonización. Sus características hacen que el mercado en torno a este metal tenga un potencial de crecimiento enorme.

«Chile tiene una oportunidad histórica. Chile tiene litio. Chile tiene un mejor futuro para las familias», destaca el Gobierno chileno en la Estrategia Nacional del Litio, como ha llamado al proyecto de ley, pendiente de la aprobación del Congreso del país tras su presentación ayer jueves. El presidente del país, Gabriel Boric, explicó que se va a crear una empresa nacional para gestionar este recurso.

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Más del 60% del litio está en Latinoamérica. Bolivia tiene el 23,7% de la reservas totales (21 millones de toneladas), Argentina posee el 21,5% (20 millones de toneladas) y Chile, el 11,1% (11 millones de toneladas) del total, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Estos tres países son los grandes propietarios de este metal, ya que solo ellos acumulan la mitad de esta materia prima. De hecho, el resto de países, como China, Rusia o EEUU, se disputan su acceso. 

Además, hay litio en Perú, en Brasil o en México. En este último caso, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador también ha firmado un decreto de nacionalización.

Hasta hace muy poco, se creía que Chile tenía el mayor yacimiento de «oro blanco», pero, al seguir estudiando su disponibilidad, el ranking se ha actualizado, como explica el USGS. En todo caso, el mayor productor hasta la fecha es Australia, seguido a continuación por el país latinoamericano. Este último tiene un 39% más de reservas que el primero, pero le falta aumentar su producciónuno de los objetivos de la estrategia nacional. El gobierno ha dicho que el nuevo impulso a esta industria se hará con la colaboración del sector privado.

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«La alta demanda mundial, los elevados precios y las grandes reservas de litio en nuestro país nos permiten ser optimistas y, a la vez, nos llaman a actuar con sentido de urgencia con el fin de aprovechar esta oportunidad histórica para el país», detalla el plan. Con esta «riqueza», el país financiará escuelas, hospitales, comisarías, puentes y caminos, señalan.

La cadena de producción completa, desde la extracción hasta el reciclaje de este metal blando, generará una industria de 400.000 millones de dólares en 2030, según McKinsey, lo que implica un crecimiento anual del 30% desde los niveles del año pasado. Uno de los retos de la industria es dar abasto y poder cubrir toda la demanda. Los fabricantes de vehículos eléctricos dependen del litio en un mercado muy concentrado y Chile no está dispuesto a desaprovechar sus recursos. Este elemento también se usa en la fabricación de electrónica de consumo y en el almacenamiento de energía.

Las dos mayores productoras de litio del mundo, las empresas chilenas Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) y Albemarle, irán transfiriendo sus operaciones a la compañía estatal, según Reuters. En principio, el Gobierno va a esperar a que finalicen los contratos actuales, en 2030 y 2043, respectivamente, aunque intentará llegar a acuerdos con ambas previamente y empezar a tomar el control antes de dichas fechas.

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En todo caso, el anuncio del Gobierno no sentó bien a las chilenas en bolsa, que cotizan en Nueva York. Albemarle cerró con un descenso del 5,2% en bolsa y SQM bajó un 2,6%. Y ambas sigue cayendo en el premarket de Wall Street. Tesla LG son clientes de las dos.

El precio del litio no ha dejado de crecer y en 2022 se revalorizó casi un 200% interanual gracias al contexto de demanda creciente. De hecho, McKinsey advierte de que, si no se desarrollan nuevos proyectos, puede haber escasez de litio. La Unión Europea la considera como materia prima estratégica.

Fuente de: El Economista