El Banco Central Europeo (BCE) aumentó sus tasas de interés en una cuantía sin precedentes de 75 puntos base (pb) y apuntó a nuevas alzas, dando prioridad a la lucha contra la inflación a pesar de que la economía se encamine a una recesión en invierno.

Con una inflación de 9.1% y que se aproxima a los dos dígitos, a los dirigentes del BCE les preocupa que el rápido crecimiento de los precios se arraigue, erosione el valor de los ahorros de los hogares y desencadene una espiral de precios y salarios difícil de romper.

Tras el incremento de tasas de julio, el BCE elevó su tasa de depósito de cero a 0.75% y aumentó su principal tasa de refinanciamiento a 1.25%, los niveles más altos desde el 2011, y se prevén nuevos incrementos en octubre y diciembre.

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«Este importante paso adelanta la transición desde el nivel actual, con alta flexibilidad de tasas de interés, hacia niveles que garanticen el retorno oportuno de la inflación al objetivo de 2% a medio plazo del BCE”, apuntó el banco central en un comunicado.

“En las próximas reuniones, el Consejo de gobierno prevé incrementar aún más las tasas para frenar la demanda y protegerse del riesgo de un cambio persistente de las expectativas de inflación al alza”, agregó.

Aumentan expectativas de inflación

Christine Lagarde, presidenta del BCE, indicó que la inflación a mediano plazo puede terminar siendo más alta de lo esperado y con un deterioro de la capacidad de producción, más incrementos en los precios de la energía y los alimentos, además de un aumento en las expectativas de inflación y alzas salariales.

Inclusive, el BCE volvió a aumentar sus previsiones de inflación a 8.1% este año, frente a 6.8% proyectado en junio y afirmó que el fenómeno seguirá “muy fuerte” a lo largo del tiempo.

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En el 2023 elevó sus perspectivas de 3.5 a 5.5% y en el 2024 la situó en 2.3%, todavía por encima de su meta de 2%.

“Sin embargo, si los precios de la energía disminuyen o la demanda se debilita a mediano plazo, disminuiría la presión sobre los precios”, afirmó Lagarde.

Por su parte, la Presidenta del BCE defendió el pronóstico económico de su equipo y añadió que las instituciones internacionales también cometieron errores porque era “prácticamente imposible” anticipar la pandemia, la guerra en Ucrania y el chantaje energético de Rusia.