El Ayuntamiento de Barcelona aprobó el viernes la prohibición total de las conocidas como cocinas y supermercados «fantasma» —centros de distribución utilizados por empresas que ofrecen comida a domicilio—, sumándose así a otras ciudades europeas como Ámsterdam, que anunciaron restricciones en 2022.

Este tipo de tiendas, también conocidas por la expresión inglesa ‘dark stores’, son una especie de comercios minoristas sin venta presencial, funcionando sólo con entregas a domicilio.

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Los servicios de reparto, que se expandieron por toda Europa en los últimos años para satisfacer la creciente demanda durante los confinamientos por el COVID-19, se han enfrentado a un escrutinio cada vez mayor por parte de las autoridades debido a sus efectos en los barrios.

La prohibición del Ayuntamiento de Barcelona pretende «preservar las tiendas de barrio de toda la vida y la calidad de vida de los residentes», afirmó en un comunicado, argumentando que las actividades de estos locales «fantasma» causan excesivas molestias.

La prohibición afectará a la aplicación local de reparto Glovo —participada mayoritariamente por la alemana Delivery Hero —, que se ha centrado en el segmento de las tiendas fantasma en los últimos años.

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Glovo cuenta con ocho de estas instalaciones en Barcelona, dijo un portavoz, que añadió que la empresa no hará comentarios sobre la prohibición hasta que haya leído completamente la nueva normativa.

El servicio turco de entrega de comestibles Getir, que se ha expandido rápidamente en España, no respondió a una solicitud de comentarios.

UberEats no tiene tiendas fantasmas en Barcelona, dijo un portavoz.

La prohibición de Barcelona entrará en vigor en los próximos días, una vez publicada en el boletín oficial del Gobierno, y afectará a 21 tiendas fantasma, dijo un portavoz del Gobierno local.

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Los establecimientos tendrán que reconvertirse en almacenes de alimentación sin reparto a domicilio o en supermercados abiertos.

Barcelona también aprobó una medida para obligar a las llamadas «cocinas fantasmas» —instalaciones de cocina que producen alimentos para entrega a domicilio— a ubicarse únicamente en un distrito industrial de las afueras.

Ámsterdam y Róterdam aprobaron el año pasado la suspensión durante un año de las nuevas tiendas fantasma, mientras que Francia dijo que debían clasificarse como almacenes aunque vendieran productos similares a los de los supermercados.

Fuente: Reuters.