La directiva del Banco Central se detuvo en la política monetaria, que venía aprobando tasas de interés bajas y acordó acrecentar el nivel de la Tasa Política Monetaria (TPM) para colocarla ahora en un 1,25%, el primer cambio desde junio de 2020.

La disminución progresiva en esta tasa, que sirve de referencia a otros bancos para sus operaciones interbancarias y fija un punto de partida para tasa básica pasiva (TBP) mediante estos, se fijan los intereses que pagan los deudores por sus créditos, se venía dando desde inicios de 2019, en una nombrada “política expansiva” que procuró inyectar de liquidez la economía nacional.

La decisión se evidencia en las alzas en la inflación que se han venido presentando en los últimos meses. Efectivamente, el Ente Emisor convino mantener aumentos graduales en la TPM, y de ser necesario, según la evolución de los determinantes de la inflación futura, acrecentar el ritmo de acrecimientos con el fin de mantener la inflación dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta (3% ± 1 punto porcentual).

En el mes de noviembre la inflación interanual cerró en 3,35%. Desde el 8 de diciembre pasado se corroboro el espacio para el Central se estaba reduciendo y era muy viable que aplicara modificaciones en sus tasas.

Este itinerario añadió presión a la entidad para tomar la decisión, pero también este miércoles la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) informó que durante 2022 crecerían sus tasas de interés en al menos tres oportunidades, lo que representa mayores presiones para economías como la costarricense con una alta dependencia de esa potencia mundial.