La controvertida campaña en la que Balenciaga aglutinaba de forma muy poco atinada ositos de inspiración sadomasoquista con niños sigue trayendo cola.

Hace unos días atrás la firma de moda presentaba en los tribunales una demanda de 25 millones de dólares contra quienes hicieron posible la campaña de la discordia: la productoraNorth Six, Inc. y la compañía del diseñador Nicholas Des Jardins.

La demanda en cuestión no está emparentada con la temática BDSM de la campaña de Balenciaga sino con la inquietante inclusión en una de las fotografías de los documentos de un fallo judicial de la Corte Suprema de Estados Unidos en relación con la pornografía infantil.

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Sin embargo, la campaña de marras contenía también polémicos retratos de niños y niñas posando junto a ositos de peluche ornados con accesorios sadomasoquistas, la demanda no hace alusión alguna a los ositos.

Debido a las denuncias presentada en la Corte Suprema de Manhattan, Balenciaga busca que sean reparados los daños que los acusados ocasionaron a la firma en relación con la campaña que produjeron en nombre de la marca de origen español.

Balenciaga alega que North Six y Des Jardins incluyeron en la campaña documentos judiciales sobre la pornografía infantil sin su conocimiento, lo cual es calificado por la firma de moda de «malévolo o cuanto menos de extraordinariamente imprudente».

La firma quiere que North Six y Des Jardins paguen por los daños causados

«Cómo consecuencia de la mala praxis de los demandados, el público general y los medios de comunicación han asociado falsa y horriblemente a Balenciaga con el tema repulsivo y profundamente inquietante de los documentos judiciales«, subraya la marca en su denuncia. «Los acusados son responsables ante Balenciaga de todos los daños resultantes de esta falsa asociación», apostilla la firma.

Los anuncios vieron la luz en la Semana de la Moda de París como vehículo promocional de la nueva colección de otoño-invierno 2023 de la firma.

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El pasado martes la Balenciaga emitió una disculpa pública por la campaña y retiró los anuncios de los ositos de peluche de temática «bondage».

«Nos disculpamos sinceramente por cualquier ofensa que haya podido causar nuestra campaña para las fiestas navideñas. Nuestros bolsos de peluche no deberían haber aparecido con niños en esta campaña. Hemos retirado inmediatamente la campaña de todas las plataformas», indicaba la compañía.

Después de alguien con ojo de lince localizara en los anuncios imágenes de un fallo judicial emparentado de manera directa con la pornografía infantil, Balenciaga tuvo que salir de nuevo a la palestra para entonar el mea culpa. «Pedimos disculpas por mostrar documentos inquietantes en nuestra campaña. Nos tomamos este asunto muy en serio y vamos a emprender acciones legales contra las partes responsables de la creación del set y de la inclusión de artículos no aprobados para nuestra sesión de fotos de la campaña de primavera 23. Condenamos firmemente el abuso de los niños en cualquiera de sus formas. Defendemos la seguridad y el bienestar de los niños», afirmaba la marca.

Por lo tanto, el fotógrafo al cargo de la campaña de Balenciaga, Gabriele Galimberti, aseguró hace unos días en Instagram que no tuvo en ningún momento el control de «la dirección de la campaña y la elección de los objetos allí desplegados».

El mes pasado la firma de lujo se vio involucrada en otra disputa después de que el artista estadounidense Kanye West, que ha colaborado con Balanciaga en calidad de director creativo en varias ocasiones, vertiera comentarios antisemitas en las redes sociales. La firma, cuya relación con el rapero era muy estrecha, se vio obligada entonces a cortar amarras con el rapero.