Las autoridades de China y Venezuela se mantienen negociando para evitar o posponer el cobro de impuestos a las importaciones de crudo y diluyentes por parte de empresas privadas que se dedican a la refinación en la nación aliada del gobierno de Nicolás Maduro.

De acuerdo con lo reseñado por el portal especializado y que le ha hecho seguimiento a la situación, Petroguía, el 12 de junio iniciaba el cobro de ese impuesto, pero el Ministerio de Finanzas sigue sin aclarar si otorga exenciones especiales a la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).

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Fuentes de ese medio aseguraban que se mantenía la expectativa del suministro y que en junio puede llegar, según estimaciones, a los 600.000 barriles diarios.

Dicen los consultados que si se cobra el impuesto, la producción de PDVSA, mermada por sanciones y desinversión, se vería bastante comprometida, y caería entre 80 y 100 mil barriles diarios de petróleo.

El 21 de mayo, la agencia Argus reveló que las refinerías independientes de la provincia china de Shandong (a donde va la mayoría de la exportación venezolana), ya estaban preparándose para el nuevo impuesto de 30 dólares por barril sobre el llamado betún diluido, la categoría de producto bajo la cual se importa la mezcla de Merey de 16 ° API de Venezuela.

Los altos funcionarios de PDVSA se vieron sorprendidos por el nuevo impuesto. Debido a que el crudo venezolano ya está sujeto a grandes descuentos que reflejan riesgos de sanciones y problemas de calidad, el impuesto eliminaría una gran parte del margen de ventas de PDVSA y los intermediarios a través de los cuales opera, reseñaba la agencia de noticias.

No obstante, tal situación, para el economista venezolano Rafael Quiroz, puede terminar con un colapso en la producción.

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“Es bajo esta categoría que las refinerías independientes chinas importan la mezcla de crudo pesado y ácido conocida como Merey, aprovechando el fuerte descuento que da PDVSA para poder colocarlo en virtud de los obstáculos generados por las sanciones estadounidenses. El nuevo impuesto de 1.20 yuanes por litro, significaría alrededor de 30 dólares de bitúmen diluido, lo que haría inviable la colocación de este producto en China. Sin duda, que no es difícil hacer malos augurios sobre las exportaciones venezolanas, si el gobierno de Venezuela no logra convencer a su aliado político para que modifique este impuesto”, dijo.

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