La actividad de Google en Europa refleja un panorama incierto. A pesar de la Ley de Servicios Digitales y la Ley de Mercados Digitales que prepara la Comisión Europea, otros países toman medidas contra algunos servicios de la multinacional tecnológica. Entre ellos destacan, Austria y Francia, quienes determinan que el uso de Google Analytics incumple el Reglamento General de la Protección de Datos.

Cabe destacar que existe la posibilidad de que se unan más naciones y que comprometería las perspectivas del negocio de Google en el continente.

La decisión se remonta a la invalidez del Privacy Shield por el TJUE en julio de 2020

Las autoridades de protección de datos de ambos países se enaltecen el 16 julio de 2020, cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea determinó inválido el acuerdo “Privacy Shield” (Escudo de privacidad) de 2016, por ende, estableciendo que la transferencia de datos personales a Estados Unidos viola el RGPD al no avalar un nivel de protección conveniente. La sentencia, que se dio a conocer bajo el nombre “Schrems II”, reflejaba el riesgo de que los servicios de inteligencia estadounidenses accedieran a datos personales transferidos a Estados Unidos si las transferencias no estaban debidamente reguladas.

Austria y Francia contra Google Analytics

Bajo esta misma línea, a comienzos de este año la Autoridad de Protección de Datos de Austria (DSB) señaló de ilegal el uso de Google Analytics al infringir el RGPD, debido a 101 quejas presentadas por la ONG austriaca de protección de datos Noyb en distintas naciones miembros y otros pertenecientes al Espacio Económico Europeo.

El organismo estableció que el uso de la dirección IP así como identificadores en los datos de las cookies incluyen información personal de los visitantes de los sitios web y que, por tanto, la transferencia de estos datos queda bajo el ámbito de aplicación del RGPD de la Union Europea.

Asimismo, la semana pasada Francia se unió a la decisión tomada por Austria, y la Commission Nationale de Línformatique et des Libertés (CNIL) ha determinado que el uso de Google Analytics incumple el Reglamento de Protección de Datos.

“El CNIL, en cooperación con sus homólogos europeos, analizó las condiciones en las que los datos recopilados mediante el uso de Google Analytics se transfirieron a los Estados Unidos y los riesgos en los que se incurrió para las personas afectadas”, indicó el organismo en un comunicado.

De acuerdo con el CNIL, en una posición alineada con su homólogo austriaco, Google Analytics es un servicio que pueden integrar sitios web, como los sitios de venta en línea, para medir el número de visitas de los usuarios de Internet. Bajo este método, se asigna un identificador único a cada visitante. Este identificador (que constituye datos personales) y los datos asociados son transferidos por Google a los Estados Unidos. Así, considera que estas transferencias son ilegales ya que no se encuentran suficientemente reguladas.

“Aunque Google ha adoptado medidas adicionales para regular las transferencias de datos en el contexto de la funcionalidad de Google Analytics, estas no son suficientes para excluir la accesibilidad de estos datos para los servicios de inteligencia estadounidenses”, dijo el organismo. “Por lo tanto, existe un riesgo para los usuarios de sitios web franceses que utilizan este servicio y cuyos datos se exportan”.

De cierto modo, el CNIL establece que las transferencias se llevan a cabo en violación del artículo 44 del RGPD.

El CNIL ha ordenado al administrador del sitio web sobre el que se presentó la queja y que ha dado pie a la decisión, “a cumplir con el Reglamento y, si es necesario, dejando de usar la funcionalidad de Google Analytics en las condiciones actuales o utilizando una herramienta que no implique una transferencia fuera de la Unión Europea”.

También, la autoridad francesa recomienda que las herramientas de análisis y medición de audiencia en sitios web solo se utilicen para producir datos estadísticos anónimos, “lo que permite una exención del consentimiento si el controlador de datos garantiza que no hay transferencias ilegales”.

CNIL ha lanzado un programa de evaluación para determinar qué soluciones están exentas de dicho consentimiento y extenderá la investigación a otras herramientas utilizadas por sitios que resultan en la transferencia de datos de usuarios de internet europeos a los Estados Unidos.

La respuesta de Google

Google aún no se ha pronunciado respecto a la decisión de Francia, desde que Austria compartió su postura, la empresa ha llevado a cabo una serie de comunicados en los que ha plasmado sus políticas sobre transparencia y protección de datos. En un post en su blog oficial el pasado 19 de enero, Kent Walker, presidente de Asuntos Globales y Director Legal de Google y Alphabet, indicó que era un buen momento para establecer un nuevo marco de datos entre la Unión Europea y Estados Unidos.

“Google ha ofrecido servicios relacionados con Analytics a empresas globales durante más de 15 años y en todo ese tiempo nunca ha recibido el tipo de demanda sobre la que especuló la DPA. Y no esperamos recibir uno porque es poco probable que tal demanda caiga dentro del alcance limitado de la ley relevante”, punteó.

También, que el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de julio de 2020 no impuso un estándar inflexible bajo el cual la mera exposición de datos a otro gobierno requiera detener el movimiento global de datos. “Estamos convencidos de que las amplias medidas complementarias que ofrecemos a nuestros clientes garantizan la protección práctica y eficaz de los datos a cualquier nivel razonable”.

De esta manera, confirma que las compañías de Europa y EE. UU. esperan que la Comisión Europea y el Departamento de Comercio de los EE. UU. culmine de momento el acuerdo sucesor del Escudo de privacidad que resuelva estos problemas.

“Un marco duradero, que proporcione estabilidad a las empresas que ofrecen servicios valiosos en Europa, ayudará a todos, en un momento crítico para nuestras economías”; ha explicado Walker. “Un nuevo marco reforzará la relación transatlántica, garantizará la estabilidad del comercio, ayudará a las empresas de todos los tamaños a participar en la economía digital global y evitará interrupciones potencialmente graves de las cadenas de suministro”.