Los docentes venezolanos han optado por la modalidad de dirigir clases particulares o tareas dirigidas para tener un ingreso extra del que tienen como educador, pues llegan a tener una mejor entrada de dinero que el sueldo mínimo que ganan que es inferior a los 2 dólares mensuales.

Celina Pinto, educadora de 56 años del sector Los Eucaliptos en San Martín, imparte tareas dirigidas en la capilla de la comunidad. En entrevista con el medio local 2001, Pinto destacó que es una buena alternativa para un ingreso extra porque a su edad, ya no los contratan.

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“Contamos con el espacio y las normas de protección para hacer esto. Es una buena manera de ganar dinero extra porque a las personas de mi edad no nos contratan”.

Las tareas dirigidas han evolucionado para adaptarse a los tiempos modernos, donde la tecnología es clave para hacer frente a la pandemia; así es el caso de Andrea Papadia, licenciada en educación egresada de la Universidad Católica Andrés Bello.

Papadia comentó al diario que desde hace 13 años está en esta modalidad de tareas dirigidas, donde, en un inicio se valían de WhatsApp para verificar las tareas, pero el problema de la conectividad les ha fallado en más de una oportunidad, por lo que replanteó la manera en impartir las clases dirigidas.

“Volví a las clases presenciales, pero ahora voy a sus casas, esta vez con clases personales. Me dedico al refuerzo pedagógico individual, trabajo en pequeños grupos”, comentó Papadia quien indicó que por la pandemia muchas personas han requerido de su servicio porque no tienen la disponibilidad o la pedagogía requerida para impartir clases.

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Con información de 2001.