La UE se encuentra de nuevo con problemas que salvar para prohibir la venta de vehículos de combustión a partir de 2035. Si bien la propuesta ha estado marcada por la polémica en todo el proceso de aprobación, en esta ocasión han sido Italia y Alemania los responsables de hacer tambalear la medida. Una amenaza de bloqueo al acuerdo que ha enraizado en reticencias previas como excepciones a los biocombustibles o el recorte de emisiones, en los que son los últimos pasos del proceso para que salga adelante.
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Alemania ha traído de nuevo a la mesa una cuestión por la que ya había alzado la voz previamente. Y es que defiende que se establezcan excepciones a la norma para los biocombustibles. El país, con un fuerte arraigo industrial del sector del automóvil, no quiere cerrar la puerta a que el desarrollo tecnológico en este ámbito germine en nuevas fórmulas no contaminantes para los vehículos de combustión. Considerando también lo que las empresas del sector han venido invirtiendo en esta vía.
El acuerdo tenía todos los visos de salir adelante tras la reciente ratificación, en febrero, del Parlamento Europeo con el rechazo de la derecha. Se presentaba como un punto sin debate para los Veintisiete previsto para el próximo 7 de marzo.
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Las declaraciones del secretario de Estado de Transporte alemán, Michael Theurer, en el Consejo de ministros de la UE en Estocolmo, el pasado lunes, dejaron entrever un cambio de postura pues abogó por «otras opciones» más allá del coche eléctrico, como el hidrógeno y los biocombustibles.
También Italia ha manifestado sus reservas ante la medida, en defensa de una convivencia de ambos modelos de movilidad, combustión y eléctrico, para evitar perjudicar a la industria del automóvil. El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, defendió que la reducción de emisiones de CO2 en 2035 se rebaje al 90%, en lugar del 100% fijado actualmente, según recoge Reuters.
Las esperanzas, en todo caso, están puestas en que Alemania claudique ante una promesa de propuesta del Ejecutivo comunitario en la revisión prevista para 2026 con excepciones para los biocombustibles. Las reservas al planteamiento alemán, se centran en cuan realista es la reducción de emisiones a partir de biocombustibles.
Para sacar adelante la medida se necesita mayoría cualificada entre los Veintisiete. Y al bloqueo de Italia y Alemania podrían sumarse el de Polonia, Hungría y Bulgaria, ya reacios a la propuesta en el acuerdo a nivel de embajadores del pasado noviembre.
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Aunque la prohibición de venta de los vehículos de combustión a partir de 2035 no ha estado exenta de polémica, tras más de un año de tensas negociaciones, la Comisión Europea, los Estados miembro y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo en octubre en los llamados trílogos. Un punto de la negociación en el que es poco frecuente dar pasos atrás.
Fuente: El Economista
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