Una recuperación económica con tal lentitud como la registrada en estos momentos amenaza directamente con un retraso parcial en el repunte de la demanda mundial de energía, al menos, hasta el 2025.
Así lo informó este martes la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe anual de Perspectivas de la Energía Mundial, donde remarcó que el tener una vacuna y terapias contra el Covid-19 significarían que la economía mundial se recupere el año que viene y la demanda de energía haga lo propio para el 2023.
Sin embargo, en un “escenario de recuperación retrasada”, la línea de tiempo se retrasa dos años.
Así las cosas, la AIE augura que “una caída más profunda a corto plazo erosiona el potencial de crecimiento de la economía, el alto desempleo desgasta el capital humano, y las quiebras y los cambios económicos estructurales significan que algunos activos físicos también se vuelven improductivos”.
La Agencia prevé también que la demanda mundial de energía caiga 5% este año y las emisiones de CO2 lo hagan en 7%. También apuesta a una baja en la inversión en energía, que estima, sea de -18%.
La demanda de crudo se reducirá en un 8% y el uso de carbón en un 7%, mientras que las energías renovables experimentarán un ligero aumento, de acuerdo la AIE.
El hecho es que las dudas sobre la demanda y la caída del crudo pueden decantar en que los productores estén inseguros respecto a decisiones de inversión que podrían generar desajustes clave en la oferta y demanda, lo que incrementaría en consecuencia la volatilidad del mercado petrolero.
Con información de Reuters.
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