La dolarización en Venezuela todavía tiene dos fases por cumplir para concretarse y no avanzará más de donde está hasta tanto existan depósitos y salarios; así como una restructuración completa del BCV hacia la utilización de la moneda estadounidense. Para eso, hace falta que el gobierno de Nicolás Maduro la acepte como tal.

Así lo sostiene el director de Ecoanalítica, el economista Alejandro Grisanti, quien señaló explicó que en Venezuela están en la primera fase, que es la dolarización transaccional.

“Falta entender que la dolarización tiene tres fases, de transacción, de depósitos y salarios, y del Banco Central de Venezuela. En Venezuela estamos en la primera fase. El gobierno está dividido, el régimen, entre ver si permite o no la dolarización bancaria, que puedas tener cuentas en dólares para haber transacciones incluso entre bancos en divisas extranjeras”, dijo.

“Hasta ahí no se ha llegado. Tenemos entendido que hay una parte del régimen que quiere avanzar hacia allá, otra parte está más conservadora, por eso echaron atrás esa parte. Pero hasta que no haya dolarización de depósitos, de las transacciones financieras, es difícil seguir incrementando ese porcentaje de dolarización transaccional que estamos viendo en Venezuela”, explicó.

Es decir que si el gobierno y las empresas privadas se mantienen pagando en bolívares, se tendrán problemas por el nivel de ingresos y en el acceso a dólares.

“Esto hace que el peso de la dolarización transaccional se mantenga en 65% y no aumentará hasta que vayamos al segundo paso”, señaló.

Dos meses restantes

El economista dijo que en los dos meses restantes del año, estacionalmente, habrá mucha presión sobre el dólar y que estiman que la divisa estadounidense siga devaluándose por la presión generada, ya que es justo en estas fechas cuando el gobierno lanza más bolívares a la calle, al producirse pagos de prestaciones y aguinaldos.

“Ese incremento al final va a buscar el refugio, que puede mantener el poder adquisitivo, que no es otra moneda sino el dólar”, indicó.

Dos crisis

Grisanti refirió que en Venezuela hay dos crisis, una dentro de otra, que es el Covid-19 “y una que se llama Nicolás Maduro”.

Dijo que hasta que no haya un cambio en el país, “veo muy difícil que podamos revertir esas cifras negativas de crecimiento económico, de contracción y de hiperinflación que se ha venido desatando desde 2018”.

En ese sentido, dijo que el escenario de 2021 no es bueno.

“Nosotros no vemos una caída muy profunda de la economía de cara al 2021, vemos más bien casi, y es triste, una estabilización en la miseria, en la reducción que ha tenido el PIB, en la caída del poder adquisitivo de los venezolanos”, señaló, entrevistado en TVVenezuela.

“De cara al 2021 vemos un PIB que podría ser similar, quizás un poquito más pequeño que el del 2020, pero no esperamos esa crisis que hemos tenido desde el 2014, de cifras de dos dígitos, que acumulado desde 2013, desde que Nicolás Maduro está en el poder, es una caída de 80%”, explicó.

Recordó que en el 2012, antes de Maduro llegara al poder, el PIB era de 320 mil millones de dólares. “Éramos quizás entre la tercera y cuarta economía más grande de América Latina, con ingreso promedio”.

No obstante, de 2014 a 2019, “creemos que estamos pasando a 50 mil millones de dólares. El ingreso y la producción ha caído casi un 85% y solo tenemos el 15% de aquellos que producíamos antes de que Maduro llegara al poder”.

“Con esto, nos parecemos a una economía de Centroamérica y el Caribe. Pasamos de ser de la tercera o cuarta más rica, a ser la penúltima más pobre. De continuar esta crisis, no descartamos que Venezuela termine siendo más pobre que la misma Haití”, advirtió.